En el contexto de aplicación clínica, de tratamiento de trauma y como complemento a otras terapias, las meditaciones dinámicas proporcionan dos herramientas importantes a través de técnicas orientales: la de relajarse profundamente y el entrenamiento de la atención para aumentar el nivel de la consciencia.
Es sabido que cualquier adicción o comportamiento adverso a nuestro bienestar o al autocuidado de la nuestra vida conlleva ansiedad y un alto nivel de tensión que se refleja tanto en la química cerebral como en la rigidez en una o varias partes del cuerpo. El término dinámicas se refiere a incluir el movimiento del cuerpo y el re-aprendizaje postural para identificar, mover y aliviar la tensión del cuerpo. Practicar la meditación en movimiento entrena a la mente a conducir la atención hacia la respiración y las sensaciones del cuerpo, reconectando con él y facilitando la "digestión" mental y emocional.
Se incluyen movimientos simples, visualizaciones, sonidos y dinámicas grupales de origen indio, persa y chino. La autoconciencia, es decir, la mayor lucidez sobre la propia existencia, pensamiento y acción, permite un área de amortiguamiento y reflexión en el poder de decisión ejercitable en la vida diaria.